Lo primero
que tenemos que hacer para establecer el significado de tasa efectiva es
determinar el origen etimológico de las palabras que conforman el término. Así,
en primer lugar, podemos exponer que tasa procede del verbo latino taxare, que puede traducirse como “fijar un precio
máximo”.
En
segundo lugar, efectiva también viene del latín. Concretamente emana del
vocablo effectivus que viene a significar “que lleva a
cabo algo”.
La
relación entre dos magnitudes se conoce como tasa y expresa la
relación que existe entre una cantidad y la frecuencia de un determinado
fenómeno. El interés,
por otra parte, es el valor, la utilidad, el provecho o la ganancia de algo.
Estos dos
conceptos nos permiten acercarnos a la noción de tasa de
interés, que es el precio del dinero que se paga o
se cobra para pedirlo o cederlo por un periodo determinado. La tasa de interés nominal es
aquella que refleja la rentabilidad o el costo de un producto financiero de
manera periódica.
La tasa efectiva, en cambio, señala
la tasa a la que efectivamente está colocado el capital. Como la
capitalización del interés se produce un cierta cantidad de veces al año, se
obtiene un tasa efectiva mayor que la nominal. La tasa efectiva, por otra
parte, incluye el pago de intereses, impuestos, comisiones y otros gastos
vinculados a la operación financiera.
A la hora
de poder calcular la tasa efectiva hay que tener en cuenta una serie de
elementos fundamentales para ello. En concreto, hay que contar con datos tales
como el número de desembolsos, el tiempo que ha pasado entre la fecha de inicio
y la del desembolso, el número de pagos, el interés nominal, los cargos, las
comisiones, el monto del desembolso y también el valor de la cuota. Con este
último término nos referimos tanto a los intereses como a la amortización, a
las comisiones y a otra serie de cargos que pudieran existir.
Si, por
el contrario, lo que deseamos es llevar a cabo el cálculo de la tasa efectiva
anualizada el proceso es mucho más sencillo. La fórmula para hacerlo sería la siguiente:
ie = (1+ik) k – 1.
En dicha
fórmula los elementos establecidos corresponden a los siguientes conceptos: ie
es la tasa efectiva anualizada; ik es la tasa de interés efectiva que se
refiere al tiempo de pago de la cuota en cuestión, y finalmente la k es el
número de cuotas que existen al año.
Si
tenemos una tasa de interés del 2% mensual, podría decirse que la tasa nominal
es del 6% por trimestre (2% mensual por tres meses). Dicha tasa, por lo tanto,
no tiene en cuenta el valor del dinero en el tiempo. La tasa efectiva, en
cambio, considera también la capitalización del
dinero.
La tasa
nominal suele estar referenciada a un periodo de un año, aunque implica varios
pagos de intereses en dicho plazo. La tasa efectiva, por su parte, sólo mide el
rendimiento en el periodo en que se realiza el pago o cobro.
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